Detalles.- ¿Alguna vez les hablamos del payaso profesional de Brasil que ganó un escaño en el Congreso? ¿No? Pedimos sus disculpas. Pero ahora mismo enmendamos.
Francisco Everardo Oliveira Silva es conocido como Tiririca y sí, en efecto es un payaso profesional que ha ejercido su función como congresista de Brasil, en los últimos años. En 2018 llega al final de su segundo mandato en la Cámara de Diputados
Pero la noticia de esta vez es que Tiririca no competirá por un segundo período.
¿Por qué? Porque dice que es uno de los ocho congresistas que asistían regularmente a las sesiones. Hay que resaltar que en Brasil son más de 500 legisladores.
Tiririca dijo que estaba “avergonzado” del comportamiento de sus colegas y que volvería a ser un payaso de tiempo completo.
El payaso profesional estaba ahí
En su primer discurso desde que fue elegido en 2010, Tiririca, cuyo nombre artístico significa “gruñón”, dijo que estaba entristecido por lo que había visto en la cámara baja del Congreso.
“Todos saben que nos pagan bien para trabajar, pero no todos trabajan. Hay 513 diputados, solo ocho vienen regularmente. Y yo soy uno de esos ocho, y soy un payaso de circo”, dijo.
En su discurso de ocho minutos, admitió que “no había hecho demasiado” durante sus casi siete años como legislador, pero dijo: “Al menos yo estaba aquí”.
Tiririca ha sido muy popular entre los votantes. Bajo el lema No puede ser peor, ganó 1.3 millones de votos en 2010, más que cualquier otro candidato en esa elección.
Victoria con controversia
Su victoria no estuvo exenta de controversia, con los periódicos que afirmaban que no sabía leer ni escribir, un requisito legal para ocupar el cargo.
Pero después de que un tribunal dictaminó que cumplía con los requisitos básicos de alfabetización, tomó su asiento y fue reelecto en 2014, con la mayor cantidad de votos en el estado de Sao Paulo.
Tiririca no es el único brasileño con una visión negativa de los legisladores
La confianza en los políticos brasileños se ha desplomado, en un momento en que los líderes tanto de la Cámara de Diputados como del Senado están siendo investigados por presunta corrupción, al igual que docenas de senadores y diputados.
Una encuesta de opinión de Datafolha publicada el miércoles [en portugués] sugirió que el 60 % de los brasileños describió el trabajo de los miembros del Congreso como “malo” o “muy malo”.
¿Qué opinas de este singular caso?