La codificación del molinillo de Hitler era mucho más segura que la de la famosa Enigma, precisamente porque fue pensada para sustituirla.
Detalles.- Imagino que la mayoría vimos la película The Imitation Game (“El código Enigma”, para los amigos), la biopic de 2014 sobre el matemático, criptoanalista y pionero científico de la computación británico Alan Turing.
Para los que no, aquí una pequeña sinopsis de Wikipedia.
The Imitation Game narra la carrera contrarreloj de Alan Turing (Benedict Cumberbatch) y su equipo descifrador de códigos, en su intento de romper el cifrado de la máquina Enigma de la Alemania Nazi.
El aparato llamado Enigma era vital para aquel conflicto bélico de proporciones bíblicas. De hecho, algunos expertos se atreven a afirmar que gracias a que Turing lo descifró, la guerra pudo terminarse antes.
Pero como en todo conflicto, la tecnología estaba en constante desarrollo y resulta que los nazis tenían preparado el sustituto para su querida máquina: el molinillo de Hitler.
La codificación de este aparato era mucho más segura que la de la famosa Enigma, precisamente porque fue pensada para sustituirla.
Descubrimiento
El molinillo de Hitler (conocida como la “codificadora alemana 41”) fue hallado en mayo de este año, enterrado en un bosque de Alemania.
El hallazgo fue realizado por Volker Schranner y Max Schöps, unos aficionados buscadores de tesoros, cerca de Aying, en el distrito de Munich. Volker y Schöps pensaron en un inicio que se trataba de una máquina de escribir utilizada por los soldados en la Segunda Guerra Mundial, hasta que un examen más minucioso les reveló, gracias a una manivela ubicada en uno de los laterales, que no se trataba de una máquina ordinaria, sino de un aparato mítico, nada menos que de la codificadora 41, el molinillo de Hitler (Hitlermühle, en alemán, en un tono informal).
Los buscadores de tesoros decidieron, en un gesto que habla muy bien de ellos, que lo mejor era entregarlo al Deutsches Münchner Museum (Museo alemán de Munich)
La pieza que faltaba
Carola Dahlke, curador del Museo, asegura que el molinillo era “la pieza que faltaba” en su amplia colección de criptografía.
Hace tan solo unos meses, el Museo había recibido la mayor parte de piezas que conforman esta colección, incluyendo un ejemplar del famoso Enigma.
Contexto
El Alto Mando de la Fuerzas Armadas del Tercer Reich estaba muy preocupado porque sus enemigos podían descifrar en cualquier momento la encriptación de Enigma, así que le solicitaron al criptógrafo Fritz Menzer que desarrollara nuevos y más sofisticados dispositivos.
El resultado fue el molinillo de Hitler
De acuerdo con Rosa Sala Rose, ensayista especializada en la historia cultural de Alemania, solo llegaron a producirse 500 ejemplares.
Según su hipótesis, alguien “la enterró en el bosque, en vísperas de la derrota, algún soldado alemán que todavía confiaba en un giro inesperado de la situación bélica”.