¿De verdad es imposible que exista una relación entre un hombre y una mujer? La ciencia ha desmentido esa ridícula idea de la friendzone.
Ciencia.- La ciencia se ha encargado de demostrar que la famosa friendzone —tanto en hombres como mujeres— realmente no existe, y bastaría con prestar atención a los detalles para respetar la libertad de selección de cada individuo.
De acuerdo con los estudios de género, la persona que se siente atraída hacia otra que no siente lo mismo se asume como una víctima del mal de amores: por lo tanto insiste pese a las negativas y convierte al otro en victimario —con frases como “Pobrecito/a, está sufriendo por ti”— y la atracción se convierte en pena o lástima. Muchos de estos estudios de género concluyen preguntando: “¿Es que acaso un hombre o una mujer no tiene el derecho a decidir hacia quién sentir deseo o cariño?”.
Por tanto, ¿cómo distinguir cuando la atracción es real y no parte de nuestros deseos? Para Teresa Treat, de la Universidad de Iowa, el enfoque debe centrarse en las claves emocionales, como el lenguaje corporal y las expresiones faciales. Es decir, que la apariencia en las mujeres no se traduce necesariamente en cuán atraídas se sienten hacia un hombre —y ver interés en donde no hay, que puede llevar al acoso sexual—. De hecho, según los estudios realizados por Treat, los hombres tienden a ser más agresivos y sexualmente coercitivos cuando prestan mayor atención al físico que a lo emocional (como el lenguaje corporal, la expresión facial), distorsionando la percepción o el juicio de si una mujer siente atracción hacia ellos.
Esto sugiere que, en palabras de Treat, existe una confusión en torno al autoconcepto de una persona y lo que la otra persona está en apariencia comunicando. Por lo tanto, ¿cómo mejorar la interpretación de quien siente atracción?
Para llegar a una una respuesta efectiva, los científicos realizaron un estudio en el que a 220 hombres y 276 mujeres se les mostraron 130 fotografías de cuerpo completo, recibiendo las instrucciones de valorar el interés sexual de una mujer —desde “rechazo extremo” hasta “interés sexual extremo”. A la mitad de este grupo de control se le pidió enfocar su atención en las claves emocionales, como la expresión facial y el lenguaje corporal, e ignorar el atractivo físico, así como el estilo de la ropa. Después, los participantes volvieron a observar 130 fotografías de cuerpo completo y en esta ocasión prestaron atención tanto al atractivo físico y el estilo de la ropa como a las claves emocionales, rastreando sus impulsos al aceptar el rechazo de la otra persona—, indagando así sobre las posibilidades de una violación al perder el control sobre sí mismos.
Carin Perilloux, de la Southwestern University, agrega que no se trata solo de tomar conciencia del aspecto emocional de una persona para distinguir si se siente atraída o no. También es importante tomar en consideración que un hombre o una mujer pueden estar proyectando su propio interés sexual usando la lógica de: “Si estoy interesado/a en él o ella, también puede estar interesado/a en mí”.
De alguna manera, los científicos asumen que los participantes regularon esta distorsión dentro del estudio, pues se les dieron instrucciones sobre en qué enfocar la atención, lo que brinda una esperanza de que mediante la educación de equidad de género y educación sexual se pueda reducir la incidencia de victimización frente a la aparente friendzone, así como la frecuencia de violaciones y de otros abusos en la pareja. Perilloux concluye que este estudio ayuda a creer: “(Que) una de las mejores cosas que se puede hacer es asegurarnos con la pareja —o potencial pareja— cómo se siente al respecto, en vez de solo asumir cosas”.
VoxBox.-