Música.- Fue amor a primera vista. Jamás pensé que me iba a enamorar de un hombre como él. Hablo de mi esposo, no de René Pérez Joglar, aunque a él también lo amo en una forma en que solo las fansgirls sabemos. ¿Por qué mi esposo y Residente están en un mismo párrafo? Porque lo que tienen en común es que me hacen pensar y me sacan la perversión. Jamás pensé que eso de lo sapiosexual era válido. Quedó comprobado que hay un sector poblacional masculino que se apropia de este concepto: te enamoras por cómo piensan, de su sabiduría y de… pues, ¿por qué no decirlo? Porque son tan evolucionados, que hasta en el ámbito de la sexualidad te salen sorprendiendo.
Luego de mi declaración de amor por los hombres inteligentes y conscientes, paso a hablar de lo que me compete en esta nota: Residente. Tres en uno solo: El documental, el álbum en solitario del exintegrante de Calle 13 y el ser humano que emprendió un viaje de reconocimiento.
Aunque con su trabajo en Calle 13 ya me había sorprendido, en lo personal le tengo miedo a la música urbana. Entro a ese género como cuando se entra a un apartamento de soltero: esperando cualquier sorpresa desagradable, como montañas de ropa sucia y maloliente, o torres inmensas de trastos sucios que desafían la física y la gravedad, hasta vestigios de sexo casual y sin compromisos de ningún tipo. Pero descubrir su trabajo en solitario me hizo recordar que él ya no lo puedo catalogar como un simple reguetonero. No puedo, me niego. En su disco debut se puede encontrar canciones que son más bien un homenaje a sonidos olvidados, ignorados y maltratados: los sonidos folklóricos.
Escuchar el disco y después ver el documental no sé si fue un error. No logro determinar qué es mejor: ver el documental primero y luego escuchar el disco, o hacerlo como lo hice yo, primero el disco y luego el documental. El eterno dilema del huevo y la gallina. El resultado podría variar, estoy consciente de ello. René apostó por algo que es universal: el reencuentro de uno mismo a través de un viaje. Ambos, disco y documental (y dicen que hay un libro también), es el resultado de un extenso viaje que duró dos años. Como buena fangirl, yo estaba al tanto de todo ese proceso, a través de las fotos que, durante esos años, subió a su Instagram.
En este recorrido, busca el origen de su ADN, va y se reencuentra con los territorios donde habitaron sus ancestros, pasando por Rusia, Ghana, China, Serbia, España, Inglaterra, Estados Unidos y, obviamente, Puerto Rico. Este viaje es precisamente lo que detona el proceso de composición del disco. Pero creo que el viaje más importante, no solo para Residente, sino para todo ser humano que quiera evolucionar, es el viaje interior. Ese en el que te reencuentras también contigo mismo, con tus miedos, tus esperanzas, tus luchas y tus convicciones. Eso se refleja en su trabajo. Esto es precisamente nuestra historia, nuestra evolución antropológica. ¡Qué hermoso se escucha! Pero es difícil. Confrontarte contigo trae, en muchas ocasiones, dolor… pero si sobrevives regresas como una persona libre.
La vida siempre tendrá eso que no nos gusta: guerra, egoísmos, injusticia social, hambre, ignorancia. Pero también tendremos siempre algo poderoso para combatir esto que no nos gusta: nuestros talentos que podemos poner en beneficio de otros.
Quizá sea eso lo que debo agradecerle a este hombre: me ha recordado que para vivir uno tiene que ser libre, asumir lo que te llega en la vida y ser feliz con esto… y claro… que hay que ser buena gente y agradecido.
Vean el documental, no se los voy a spoilear. Escuchen el disco, tampoco les daré mucha información. Vale la pena descubrirlo. Solo haré mención a una canción en específico, Milo. Con una serie de sonidos nativos le da la bienvenida a su primer hijo, le recita los mejores consejos y consuelos a su primogénito. Es hermoso. Es hermoso ver la evolución de un hombre cuando le llega la paternidad y la asume como una más de las aventuras que deben llegar para ser mejores personas.
Les dejo el tráiler:
VoxBox.-