Opinión.- Yo pienso que sí.
Posiblemente sea porque nací a finales de los setenta y mientras crucé la adolescencia el movimiento musical en cuestión estaba en su apogeo, con bandas como Nirvana, Pearl Jam, Soundgarden, Soul Asylum, Blind Melon y otras tantas. O tal vez sea porque el problema del acoso escolar o acoso infantil es tan viejo como la humanidad.
Incluso así, busqué en mi memoria otras expresiones culturales que tocaran el tema y no las encontré… ni en la televisión, el cine o la música encontré rastros de denuncias o muestras solidarias con muchachos que han sufrido maltrato por parte de sus compañeros de clases. Hasta en la década de los noventa era un tema que no se tocaba, o si se hacía… fue con guantes de seda.
Posiblemente porque antes, si admitías que alguien te hostigaba en el colegio, o la escuela, o a la hora de salir a jugar con los demás niños de las colonias, el primer consejo de los adultos era agarrar al hostigador a patadas. “Si te dejas pegar, luego te pego yo”, fue la consigna de nuestros padres y ahí íbamos por la vida tratando de evitar la agresión de otros niños, para evitar la agresión de nuestros padres después.
Pero regresando al grunge… ayer, 1.º de agosto, cumplió 25 años de haber salido al público el sencillo Jeremy, de Pearl Jam. Un himno hermoso y tortuoso de un muchacho que sufrió bullying, y que al no encontrar respaldo en sus padres y otras personas decidió quitarse la vida.
La banda se consolidó con esta canción como una agrupación que tocaba temas para desequilibrados, o al menos, para generar concientización de problemas que han tenido arreglo. Si no… no siguiéramos acá.
Ciertamente esta generación de músicos tuvieron que lidiar no solo con la fama y lo que conlleva, sino que además de ser referentes musicales se convirtieron en puntos de inflexión en temas como el suicidio, el acoso escolar, los abusos por parte de adultos. Lastimosamente muchos perdieron la batalla y decidieron, como Jeremy, trascender antes de tiempo y buscaron salir de este mundo de manera adelantada.
En lo personal, el video de Jeremy me impactó, no porque haya tenido pensamientos suicidas a mis 16 años, sino porque expone de manera perfecta la pasividad de los grupos escolares. Nunca fui demasiado popular en el colegio y esto reforzó mi idea de que pertenecer a grupos es una farsa. Al final, creo que fue el caldo de cultivo de los indiferentes de la actualidad… “Pobrecito”, es lo único que nos dignamos a decir cuando escuchamos alguna desgracia, pero nunca hacemos nada. Seguimos como en la década de los noventa, solo que ahora magnificados y mejorados.
En fin… 25 años de haber escuchado esta canción y pensar que ahora, el bullying, el abuso, el suicidio y la indiferencia siguen igual. Excepto el bullying, que ahora se ha tornado más arrasador y tiene nuevas plataformas en las redes sociales. Lo bueno: la música siempre es un gran referente y un consuelo.
Les dejo el video. Es lo único rescatable de algunas situaciones. Hoy recuerdo esto, porque justo el 2 de agosto, casualmente al día siguiente del lanzamiento de este sencillo, mi amigo Roberto decidió irse, como Jeremy.
VoxBox.-