Detalles.- Sammy Sosa, el pelotero dominicano, ha estado en el foco de la atención del internet desde que, recientemente, circularon fotos con su piel visiblemente más clara: su blanqueo de piel no ha pasado desapercibido.
La piel blanqueada de Sosa en realidad no son nada nuevas —ni su excentricidad—, pero el “escándalo” (léase en mexicano: mame) se ha vuelto a reavivar, luego de que se colaron imágenes suyas durante su estadía en Londres.
“Tengo una crema que me pongo antes de acostar y me aclara un poco la cara. Tal vez puede causar algo de controversia, hasta yo estoy un poco sorprendido”, dijo en 2009.
La actriz Halle Berry sacó el tema al ruedo mediático hace unos años, tras denunciar a su expareja, el modelo canadiense Gabriel Aubry, por tratar de “blanquear” a su hija Nahla, de seis años.
Y no podemos olvidarnos del caso más célebre de todos: Michael Jackson.
Blanqueo de piel: sinónimo de racismo
Hace unos años se acusó a la cadena de tiendas Holland & Barrett por vender un producto para blanquear la piel. En aquella ocasión, se reabrió el debate sobre cómo la industria del entretenimiento mundial fomentaba los deseos de aclarar la piel en miles de mujeres negras.
El estándar de ideal femenino que se muestra al mundo entero tiene pieles más claras y brillantes, y aclarar su tez oscura se ha convertido en una obsesión para mujeres, como la exmodelo Irène Major, esposa del magnate petrolero canadiense Sam Mail, quien ha reconocido que usa todo tipo de cremas para ese propósito.
Pese a que los blanqueadores mueven millones en todo el mundo, muchas mujeres tienen que ocultar que los usan o desearían usarlos, porque no está bien visto socialmente. Sin embargo, es precisamente el significado social de tener la piel más o menos oscura lo que las lleva a usar unos productos que, en ocasiones, pueden ser peligrosos para su salud.
Entre más clara, más bonita
Irène, de origen camerunés, explica mejor de lo que nosotros podríamos la razón para blanquearse: en su país —como en otros muchos del mundo—, el hecho de tener la piel más clara no solo supone más facilidades para ocupar un lugar diferente en la escala social, sino que también es signo de belleza.
“Hay muchos tipos de piel diferentes en África y hemos crecido sabiendo que las mujeres con tonos más ligeros son las más lindas. Es simplemente un hecho”, explica la exmodelo de 34 años.
Aunque pareciera que ese tema ya está superado, lo cierto es que todavía existen muchas jerarquías sociales establecidas en función del color de la piel, y esto influye a muchas niñas de todo el mundo que crecen sabiendo que el tono de sus pieles marcará su futuro.
Y eso se llama racismo: en Estados Unidos o en África. Un signo de que la humanidad no ha superado muchos vicios del pasado.