Ambientalismo.- Los humanos hemos desarrollada una amplia de formas de conseguir la energía que necesitamos para todos nuestros quehaceres. Muchas de estas formas han demostrado ser altamente contaminantes para el medio ambiente, o simplemente inviables. También existen, por supuesto, aquellas formas que sí son viables y que no contaminan nuestro ya de por sí bastante deteriorado medio ambiente.
Una de estas formas es la geotérmica. Considerada por los expertos como el “petróleo blanco”, es una tecnología completamente amigable con el medio ambiente, pues no contamina en ninguna parte del proceso.
¿Qué es y cómo funciona la geotermia?
Como decíamos, la geotermia es una energía considerada limpia, renovable y altamente eficiente. Se ha demostrado que puede ser utilizada en grandes edificios como hospitales, fábricas, oficinas, etc., incluso en viviendas.
El primero en utilizar esta energía fue Suecia, lo hizo como consecuencia de la crisis del petróleo de 1979. En países como Finlandia, Estados Unidos, Japón, Alemania, Holanda y Francia la geotermia es una energía muy conocida e implantada desde hace décadas.
Funciona así: el vapor que sale de la tierra se extrae mediante la perforación de pozos geotérmicos profundos; ese calor es transportado, por tuberías especializadas para estos menesteres, hacia la planta de generación; ese calor choca contra las turbinas, haciéndolas girar para producir energía eléctrica.
¿Y en El Salvador?
Actualmente, el 23 % de la energía que consumimos en El Salvador proviene de las plantas geotérmicas de Ahuachapán, Berlín y Usulután; además, se encuentran en proceso de construcción dos plantas más: una en San Vicente y otras en Chinameca, San Miguel.
La Geo, que es la empresa encargada de extraer, producir y administrar esta energía, se ha convertido en el Centro de Excelencia para América Latina en esta materia. De hecho, en colaboración con la Universidad de las Naciones Unidas realiza diplomados donde participan expertos de toda la región.
Como se podrán imaginar, es de vital importancia que estas formas de energía adquieran mayor protagonismo en nuestro país, pues no solo benefician la economía sino, además, contribuyen al medio ambiente.