Política.- La más reciente investigación de El Faro ha estado en el centro de la polémica este fin de semana: revelaron las conversaciones privadas del exfiscal Luis Martínez con personalidades y próceres de la patria de la talla de Mauricio Funes, Enrique Rais, Herbert Saca y Nayib Bukele.
El exfiscal general, Luis Martínez está siendo acusado de crear una red de corrupción en las entrañas Fiscalía General de la República (FGR) y el domingo 21 de octubre de 2018 fue enviado a prisión preventiva por este delito, junto al exjefe fiscal Julio Arriaza, según determinó el Juzgado Cuarto de Paz de San Salvador.
Obviamente no venimos a atribuirnos el crédito por el trabajo realizado por los periodistas Gabriela Cáceres, Nelson Rauda y Jimmy Alvarado, pero sí queremos rescatar los datos que consideramos más importantes de esta nota.
Como ya comenzaron los diferentes “periódicos digitales” a tergiversar la investigación para apoyar a su candidato —o atacar al otro—, vamos a comenzar:
1. Los amigos de Luis Martínez
¿Qué juez se atrevería a enviar a la cárcel a una persona por ser un buen amigo? Mauricio Funes le recuerda varias veces a Luis Martínez que son amigos. De hecho, lo invita a echarse unos tragos —con un amigo en común, nada desconocido para nosotros: Elías Antonio Saca— o a practicar tiro en el polígono. Claro, entre plática y plática se desliza por ahí algún que otro caso judicial abierto y se revela un clarísimo caso de conflicto de interés, pero, ¿qué sería de una buena amistad sin una dosis justa de riesgos?
Según las representaciones que el periódico digital hace de las conversaciones, Funes le recuerda que el caso de El Chaparral podría afectar su imagen, y, por lo que sabe, Martínez le brindó su apoyo total y desinteresado. Ya saben, como buenos amigos.
Pero aquí hay algo que hemos mencionado de forma inocente, pero realmente es un detalle que hay que tener siempre en cuenta porque es un muy revelador: Luis Martínez se consideraba amigo de Tony Saca y de Mauricio Funes.
2. El lobby político de Rais
Luis Martínez se convirtió en fiscal general a finales del 2012. Desde entonces, tuvo un gran aliado: Enrique Rais. Rais se encargó de enaltecer la figura de Martínez ante las diferentes bancadas de los partidos políticos, de hacer lobby político para su reelección y, de vez en cuando, le prestaba su jet privado para hacer viajes familiares de placer. A cambio, el empresario obtenía victorias judiciales o directamente esquivaba problemas legales en los que se metía por culpa de sus negocios.
Una relación sana, por supuesto. De este punto, quizás el más evidente de todos, se desprenden otras negociaciones mucho más perversas.
3. ¡A los leones!
Aquí es donde se comienza a poner más interesante el asunto: Rais estaba haciendo un excelente trabajo consiguiéndole los votos necesarios para la reelección. Sin embargo, al interior del FMLN las cosas no estaban totalmente claras. Mientras Luis Merino le echaba flores al fiscal, Norma Guevara lo acusaba de haber “salvador” a Francisco Flores, a los involucrados del caso CEL-ENEL, y a los 150 casos de corrupción que puso el expresidente Mauricio Funes.
A raíz de este escenario, Rais le escribe a Martínez que tendrá una reunión con Ramiro (Luis Merino) y que hay que “preCionar” (sic) duro, durísimo. Pero agrega: “yo sé cómo” (las tildes, por supuesto, las pusimos nosotros). Luego enfatiza más: “Dejame ser el malo, presionaré por el lado que a los del Frente les duele”. Los siguientes mensajes son de confirmación de parte de Rais de que ya está con Ramiro, y luego sentencia: “Tendremos que tirar a los leones a Nayib”.
En este momento, el caso del Troll Center ya llevaba un mes de haberse echado a andar. La misma noche que se dio a conocer el caso, Bukele le habría escrito también a Martínez para increparlo por el uso excesivo de despliegue policial para un caso de uso indebido de distintivos comerciales, y para cuestionarlo sobre por qué se le estaba involucrando en un caso en el que, según el propio Bukele, no tenía nada que ver.
4. Los empresarios y Luis Martínez
A lo largo de la nota de El Faro se explican los vaivenes de los apoyos políticos a Martínez. Es complicado resumirlo porque se trata de un entresijo de pasiones, amoríos y revanchas. Pero llama la atención cómo la “clase” empresarial también tiene mucho que decir en estos temas. Basta con ver el ejemplo de Rais.
Pero entre los empresarios también generó divisiones el fiscal recargado: según el propio Martínez, Kriete, Wright y Poma tenían como único propósito en la vida “joderlo a como dé lugar” los “hdp”. Y agrega esta frase que está para enmarcarla en todas las casas de El Salvador: «ya no somos su finca ni su hacienda los vamos a vencer! (…) Se creen dioses del Olimpo semejantes maricones aprovechados y verdaderos corruptos». Los tres mencionados pertenecen a las familias más poderosas del país, pero además figuran entre los grandes financistas del partido ARENA.
Del otro lado del ring están también dos pesos pesados de las empresas de este país: el empresario azucarero Tomás Regalado y Francisco Calleja, dueño del Súper Selectos y padre de Carlos Calleja, candidato presidencial también de ARENA.
Lo que necesitamos entender sobre el caso de Luis Martínez
Estamos a las puertas de otra elección (o reelección) de fiscal general. Además de eso, los queridísimos y siempre eficientes diputados de la Asamblea Legislativa se han esforzado para retrasar por más de tres meses la elección de la Sala de lo Constitucional.
En ambos casos, y a diferencia de lo que se nota a simple vista, en este tipo de elecciones existe todo un aparato poderoso, enorme y corrupto que está buscando a los mejores candidatos para salvaguardar el estado de privilegios y corruptelas (para usar las palabras de la actual administración de la FGR), en donde unos pocos tuercen las leyes a su favor, mientras el resto seguimos igual o más jodidos.
Las elecciones presidenciales son importantes. Tenemos que estar atentos en todo momento de lo que hagan, digan o dejen de hacer los cuatro candidatos, y razonar bien nuestro voto. Pero tampoco tenemos que perder de vista que los magistrados de la Sala de lo Constitucional y el fiscal general también tienen mucho que ver en la construcción de un país verdaderamente justo.