Detalles.- Las 23 concursantes de Miss Perú 2018 decidieron cambiar el típico discurso, cuando el presentador preguntó por sus medidas: todas ellas decidieron cambiar las cifras que describen su cuerpo por el número de mujeres agredidas o muertas en sus respectivas regiones de Perú, por la violencia de género.
“Soy Diana Rengifo, de Ucayali, y más de 300 mujeres en mi departamento son agredidas física y psicológicamente”, dijo una de las candidatas… y así, cada una de ellas.
¿Por qué el cambio?
Cristian Rivero, conductor del Miss Perú 2018, explicó que el certamen estaría dedicado este año, en cada una de sus secuencias, a enviar un mensaje en contra de la violencia que azota al país, detalló La Vanguardia.
Durante el desfile, además, se proyectaron portadas y recortes periodísticos de feminicidos ocurridos en el Perú.
Las cifras de Perú
En lo que va del año, el Ministerio de la Mujer peruano ha registrado más de 6,000 casos de violencia sexual. Son 17 casos por día. Y la mitad corresponde a violaciones. La mitad de las víctimas son menores de edad. Durante el primer semestre del año hubo 59 feminicidios, según cifras del gobierno.
En 2016 hubo más de un centenar de casos y 222 intentos de asesinato de mujeres.
Un reciente sondeo del blog Solo Female Travel ubicó a Perú entre los 10 países más peligrosos para las mujeres que quieren viajar solas, mientras que una encuesta de la consultora Thomson-Reuters ubicó a Lima en el quinto peor lugar, solo por detrás de El Cairo, Karachi, Kinshasa y Delhi.
Esto es Internet
Pero esto es Internet, aquí nadie está jamás contento con nada y siempre, siempre, hay alguien dispuesto a pelear a la menor provocación posible.
Los puntos negativos de este acto, pues, no tardaron mucho en aflorar. La mayoría se resumen así: estas mujeres son parte del mismo problema, de esa industria que sexualiza hasta el hastío a la mujer, que la convierte en un objeto de deseo y de lujo. Ergo, su crítica a la realidad del resto de mujeres no vale nada.
Por supuesto que quienes esgrimen este argumento no mienten. Los concursos de belleza son un mal endémico de estas sociedades tan asquerosamente machistas,que le dan valor a una mujer de acuerdo con su apariencia física (cosa que, por supuesto, nunca ocurre con los hombres).
Peeeeeero…
Nadie pretende que a estas mujeres les den un premio Nobel por haber declamado un montón de cifras, mientras vestían sensuales atuendos. Tampoco creemos que alguien las vaya a considerar heroínas o grandes defensoras de nada.
Sin embargo, su mensaje es importante y completamente válido por una sencilla razón: el micrófono, la palestra desde donde lo pronunciaron.
Ese sencillo acto de recitar de memoria un montón de números, de describir tan escuetamente un problema de proporciones mundiales, no sería recibido por la misma cantidad de personas si lo escribiera alguien en su Facebook o lo pregonara por ahí alguien más. No quiere decir esto que porque lo dijeron ellas desde ese escenario tenga más valor que cuando lo dicen organizaciones o personas dedicadas al tema. Quiere decir que tiene más alcance, muchísimo más alcance.
Y al final, ¿no es parte importante de esta lucha la divulgación de esos escalofriantes datos?
Claro que sí. No es la parte más importante de la lucha por la vida de las mujeres, pero sin duda la divulgación tiene un gran impacto en cómo la población se sensibiliza respecto a eso.
Mientras todo sume a la misma causa, ¿alguien puede decirnos qué tiene de malo que unas misses proclamen que a las mujeres las están matando?
Si la vida que estas mujeres han escogido las inhabilita para decir que algo está mal, toda la lucha no tiene sentido.