Música.- La primera vez que escuché a Café Tacvba fue en 1992, y me sorprendieron. Han pasado 25 años y siguen sorprendiéndome.

Empecé este 2017 escuchando Fvturo, el sencillo que lanzaron el 31 de diciembre pasado. Desde ese día me quedé a la expectativa del video de la canción, porque yo soy así… visual. Me gusta ver la música y ellos siempre han tenido esa manera tan maravillosa de poner ante nuestros ojos historias bien ensambladas, estéticamente impecables y explosivamente poderosas. Amo sus videos. Amé sus ensambles en el MTV Unplugged que hicieron, amé sus sonidos en el Re y por supuesto nunca han logrado decepcionarme. Tampoco en esta ocasión.

Ayer estrenaron el videoclip en MTV, y por supuesto me lo perdí. La vida adulta me atrapa en la redacción de documentos un poco más fríos que me otorgan el pan de cada día, y fue hasta esta mañana, cuando luchaba contra la marejada de gente para abordar el autobús de la ruta 101-D, que me acordé de los primero acordes de la canción y de que debía venir a la oficina a ver el video.

Café Tacvba me ha gustado no solo por su música, sino que también me ha encantado ese inmenso respeto por la cultura de su país. Con el pasar del tiempo han traído a la actualidad los sonidos aztecas, las tradiciones prehispánicas y la visión de un universo en armonía para esta humanidad que lo menos que tiene es armonía.

En el video vemos una serie de personajes entrelazados con el futurismo-ciencia ficción. Los que viajamos en transporte urbano colectivo entendemos ese ambiente neón, colorido y lleno de iconografías de ayer, ahora y siempre. Ese inescrutable universo de personajes entre la muerte y el tiempo. Personajes urbanos y estéticamente incomprensibles, pero siempre presentes en cualquier ciudad latinoamericana: Ciudad de México, San Salvador, Managua, Lima, Santiago de Chile. Todos tenemos futuro.

En esta canción se muestra esa contradicción que es la vida. Esa necedad y necesidad de seguir viviendo, de encontrar esperanza incluso sabiendo que nada es cierto en el tiempo que nos toca vivir. Gracias Café Tacvba, no me arrepiento de haber cumplido ya 25 años escuchándolos.

VoxBox.-

Por Karla Rauda

Escritora amateur, planificadora compulsiva, dueña de dos gatos, madre a posteriori, abuela rockera. Un poco cínica, un poco distraída.

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