Detalles.- El alcohol se consolidó como un estimulante de la creatividad durante el siglo XIX. Movimientos como el simbolismo (en poesía) o el impresionismo (en pintura), así como míticos autores como Edgar Allan Poe parecen que encontraron en sus borracheras épicas una auténtica inspiración.

¿Cuál es el motivo detrás de este vínculo que parece tan estrecho y hasta necesario?

Como sabemos, la neurociencia moderna ha dedicado buena parte de sus esfuerzos a entender el fenómeno de la creatividad según ocurre en el cerebro. Si ya de por sí este órgano es uno de los más enigmáticos por las habilidades cognitivas que permite (memoria, abstracción y lenguaje, entre otras), entender el funcionamiento de la creatividad supone un reto aún mayor pues, según se ha observado, las ideas que consideramos creativas, extraordinarias, son el resultado de la operación de varias regiones del cerebro.

Así, el neurocientífico Mark Beeman, de la Universidad Northwestern de Chicago, observó en una investigación que las personas que se esfuerzan excesivamente para resolver un problema terminan por bloquear dicho proceso cerebral de solución o de creatividad y, por el contrario, quienes se encuentran en un estado de tranquilidad tienen más probabilidades de tener “momentos Eureka”, esto es, una respuesta al parecer inesperada pero a la cual el cerebro pudo llegar porque se le permitió desarrollar los procesos necesarios para propiciar la creatividad, gracias a estar relajados.

Es ahí precisamente donde entra el alcohol: como también sabemos, entre sus efectos más característicos se encuentra la relajación que otorga a la mente y el cuerpo. Si, por ejemplo, al beber pasa que comenzamos a recordar cosas, a tener “ideas geniales”, a plantear proyectos cuyo fracaso es impensable, en parte es porque todas esas zonas asociadas con el pensamiento creativo quedan liberadas de las otras regiones que en sobriedad imponen lo razonable, lo posible, lo lógico, lo permitido y otras limitaciones afines.

Esto tampoco es un cheque en blanco para emborracharse cada vez que nos topemos con un problema al que no le encontramos solución. Más bien se trata de destacar la relación importante entre relajación y creatividad.

VoxBox.-

Por Redacción VoxBox

Antisistematizar es una forma de vida, es ir en contra del sistema, rompiendo moldes y atreviéndonos a hablar de temas que nos importan, como la política, la sexualidad, la cultura, la música y todo aquello que nos libera.

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