Opinión.- Ver a Matthew Mcconaughey en sus inicios actorales era destinarlo a las comedias sosas donde aparecía rodeado de rubias, aunque algunas muy inteligentes y listas, pero rubias al final. A mi me gustan esas comedias, me relajan y sacan a mi girly interior, pero clasifiqué a este actor como un ser humano llano y con el único fin de ser bello.

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El tiempo pasa y para algunos es benévolo. Eso le sucedió a Matthew, quien hoy llega a los 47 años y que se dio el lujo de reinventar su carrera en el 2013.

En ese año, Matthew brilló. Abandonó su pinta de hombre seductor y bello y rebajó sustencialmente su peso para estalizar Dallas Buyers Club, película por la que le otorgaron el Óscar y donde hizo una de las más magníficas duplas cinematográficas con Jared Leto, interpretando a dos enfermos de sida que luchan por sobrevivir. Vi la película y recuerdo que lloré en varias ocasiones. Soy una cursi, lo siento. Lloro no por el romanticismo entre parejas, sino con el sentimentalismo de la humanidad combatiendo una enfermedad, un prejuicio o un sistema de salud público deficiente.

Ese mismo año apareció en El lobo de Wall Street, de Martin Scorsese, y donde compartió sabios consejos empresariales con Leonardo DiCaprio. Breves minutos aparece este camaleónico actor y es suficiente para quedarse pensando en todo lo podrido que está el mundo de las finanzas.

Para seguir con su reinvención actoral interpretó a Rustin Rust Cohle, un policía que da cacería a un asesino en serie a lo largo de 17 años en la serie True Detective. Para esta ocasión su coprotagonista fue Woody Harrelson y definitivamente ha sido de sus actuaciones más memorables. La última película que vi de él fue Interestellar. No hay palabras para describir esa obra tan llena de complejidad y amor paternal.

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Lejos han quedado películas como Soltero en casaCómo perder a un hombre en 10 días o Mike Magic, y el bello Matthew nos ha mostrado más que un cuerpo hermoso, nos ha mostrado su alma.

Felicidades querido Matthew, gracias por enamorarnos aún cuando no eras bello.

VoxBox.-

Por Karla Rauda

Escritora amateur, planificadora compulsiva, dueña de dos gatos, madre a posteriori, abuela rockera. Un poco cínica, un poco distraída.

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